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REFLEXIONES Y MENSAJES
Retorno a la actividad, al desarrollo y a la participación política
Julio 2011
I N T R O D U C C I Ó N

Asistimos a una coyuntura de crisis institucional cuya profundidad ha alcanzado a todos los actores políticos que sustentan la estabilidad y legitimidad de la acción del Estado Mexicano. Los esquemas tradicionales de solución de conflictos se han vuelto inoperantes porque es el Estado, quien convertido así mismo en actor político en su conjunto, ha generado esta crisis, es decir se ha confrontado consigo mismo; de ahí su falta de respuesta y legitimidad tanto de las instituciones como de los individuos que las representan.

Los tres poderes que integran la unión, han sido severamente dañados; el Poder Ejecutivo perdió el rumbo de los cauces institucionales que respaldaran sus proyectos, y dejó de lado la necesidad de establecer mecanismos de consensos y pactos con los demás actores políticos, representantes de la sociedad y la sociedad misma, sobre todo a partir de su cuestionada elección en las urnas y sus incorrectas tácticas para su estrategia de combatir el narcotráfico y crimen organizado, las cuales sólo han dado como resultado un terrible desgaste institucional y un enfrentamiento de éstas contra la ciudadanía, porque han encaminado sus acciones contra la sociedad en su conjunto.

El Poder Legislativo ha incurrido en una constante desatención a las demandas ciudadanas, continúa legislando leyes sin consenso social, los representantes en el Congreso y sus líderes camerales, pactan acuerdos mal llamados parlamentarios, para dar cabida exclusiva a los lineamientos de los grupos de poder sean políticos o de otra índole. Se enquistan y rolan en los diferentes cargos de elección sea directa o por la antidemocrática fórmula plurinominal y la aberrante clausula de gobernabilidad, dando como resultado una élite burocrática y onerosa. La cual legisla y corrige leyes a iniciativa del Poder Ejecutivo, que violan flagrantemente los derechos constitucionales, humanos, y han vulnerado gravemente el patrimonio de las riquezas de la Nación al ser legalmente puestos a disposición de las empresas privadas nacionales y trasnacionales.

El Poder Judicial ha entrado en una etapa de inoperancia, porque ha sido rebasado en virtud de la impunidad que prevalece ante los reclamos de justicia para tantos agravios cometidos por los delincuentes y las propias instituciones que conforman el Estado, y la selectividad para ejercer castigo o liberar responsabilidad. Se ha vuelto cómplice de las violaciones a los derechos constitucionales de los ciudadanos y los derechos humanos de los mismos, al avalar situaciones de injusticia e impunidad cometidos por el Poder Ejecutivo, principalmente en la utilización de las fuerzas coercitivas del Estado.

La estructura base del modelo republicano y fundamento de la soberanía popular, eslabón del poder ciudadano en nuestro país, es el Municipio Libre (que integra un gabinete, cuenta con su fuerza de seguridad pública, su ayuntamiento, un poder legislativo representado por sus síndicos y regidores, así como su poder judicial compuesto por uno o varios jueces y sus ministerios públicos); esta estructura política ha sido gravemente vulnerada a partir de las incontables intervenciones que los aparatos de fuerza del Estado han realizado, con operativos bajo el pretexto del combate al narcotráfico, por la imposición de mega proyectos federales de empresas privadas de los sectores energéticos, mineros y turísticos, así como por indicios nunca esclarecidos de levantamientos sociales. Se quebranta la voluntad popular y el orden legal, al detener a los representantes populares, al destituir a sus fuerzas públicas por federales, al invadir y arrebatarles su patrimonio y recursos naturales tomados bajo control del Estado, y después puestos a disposición de empresas privadas nacionales y extranjeras.

La estructura política y económica de los estados que integran la Federación, también ha sido dañada por las mismas circunstancias que en los municipios, pero con la gravedad que su actividad económica ha entrado en una profunda crisis en muchas de las entidades, sobre todo aquellas cuyos gobiernos emanan de la oposición al partido gobernante en la República, lo cual induce y coacciona la voluntad ciudadana para que en las elecciones se opte por favorecer a ese partido y sus líderes.

El Estado Mexicano, la actividad política, el desarrollo político, la participación política están en una severa crisis, el poder ciudadano ha sucumbido: por la falta de oferta política, la impunidad, la corrupción, el miedo, la pobreza, la falta de oportunidades, y la fehaciente consciencia para gran parte de la generación actual de niños y jóvenes de que su futuro está cancelado; esto propicia un autoritarismo que al no tener rumbo, provoca una anarquía que nos puede conducir al rompimiento del orden social y al derrumbe del Estado; no es el fin de la historia, es el inicio del fin de nuestra República.



EXPOSICIÓN

Quiero presentar mi planteamiento concebido desde la Ciencia Política y mi experiencia, de lo que quiero para los ciudadanos, mi estado y mi país; no podemos seguir en la vertiente actual si anhelamos una Nación libre y soberana, y donde todos volvamos a ser ciudadanos, tenemos que concebirnos a partir del origen de los conceptos más puros de la actividad política, los cuales aplicados a nuestra realidad nacional fueron patriótica y acertadamente introducidos en los idearios de los independentistas como Hidalgo, Morelos, en los que pelearon por defender este país contra las invasiones extranjeras (EUA-1847, Francia-1862), los líderes de la Reforma como Juárez e incluso Porfirio Díaz, por los revolucionarios de 1910 como Madero, Zapata, Villa, Carranza, Cárdenas; y plasmados en nuestras constituciones (1824, 1836, 1857 y 1917).



LA ACTIVIDAD POLÍTICA Y EL POLÍTICO

Si consideramos a la actividad política como rectora de todas las demás actividades sociales y su amplio complemento, jerárquicamente subordinadas, la responsabilidad que implica también es suprema. La política sin responsabilidad no es política, se convierte en ejercicio del poder pero sin legitimidad; la actividad política es trabajo, organización y servicio a favor de la comunidad y como estructura de la buena marcha de la sociedad entera.

En la política como actividad, está inmersa la moral entendida como un conjunto de valores humanos y espirituales que determinan la validez de los comportamientos. Por lo que la actividad política exige una moral, y autenticidad en su expresión y acción.

"Un político sin conciencia moral, no sólo NO debe durar en su encargo, no podría manejar a los otros hombres, puesto que su psicología le sería desconocida, ya que no la ha comprendido, y por eso él no podrá ser ni siquiera, como se dice un político cínico" (1)

La política busca una utilidad, la cual debe enfocarse en lograr los bienes materiales y espirituales sociales necesarios para la plenitud de los ciudadanos. El hombre político debe ser auténtico y congruente, lo que significa la adecuación de entre su expresión y acción.

Nuestra Constitución es el acuerdo social por excelencia para normar la actividad y desarrollo político; sin embargo en los últimos ejercicios de poder (no de política), se han trastocado todos sus preceptos, las leyes reglamentarias han sustituido ese mandato supremo, mismas que por su contenido y su carácter transitorio (modificadas a voluntad del gobernante en turno y sin consenso social), son permanentemente vulneradas y transgredidas por la conveniencia de grupos. Es por ello que cuando un representante de un cargo de elección popular, rinde protesta de "hacer guardar y valer la Constitución", debe asumirse en ese compromiso, pero muchos de los políticos violentan ese acuerdo, porque desde su origen están sometidos a intereses ajenos a la ley y al conglomerado ciudadano que representan, y esto es por las presiones de quienes valiéndose del voto de los ciudadanos, verdaderamente se encargaron de encumbrarlos, lo que hace desde su origen estar carentes de legitimidad, y su trabajo se convierte en ficción, porque puede representar a cualquiera, menos a sus electores y su comunidad.

(1) Benedetto Croce, Elementos de política, Ed. Laterza, Bari, 1966, pag. 25



LA ACTIVIDAD POLÍTICA Y EL CIUDADANO

Planteo la necesidad de crear un clima en el que forzosamente la calidad y preparación de los líderes (entiéndanse como los elementos y cualidades que todo ciudadano deba tener para garantizar el futuro de todos a través de la unión, la voluntad y el esfuerzo, con dignidad, responsabilidad, que planeen todos los actos de su vida, sean personas que valga la pena seguir en cualquier acción que emprendan), para salir adelante.

El medio ambiente que con la competencia se forma, influirá en el comportamiento del elector. La actitud de los mismos es distinta frente al escenario en que dos o más partidos se disputan el poder, que cuando de entrada el partido vencedor ya está identificado. Esto ha mermado la actividad política y resta casi toda la legitimidad al gobernante. El elector estimulado, se responsabiliza en sus obligaciones y derechos políticos. No demos por hecho que el PAN va a ganar en Guanajuato, realizaremos una campaña estimulante, propositiva, y resolutiva, con contenido, y lograremos que los electores adquieran consciencia de que son sujetos activos del proceso electoral y no simples objetos.

Volveremos a ser ciudadanos, alentaremos la participación de tal manera hasta convertirla en permanente, mantendremos el interés continuo en la vida pública. Vamos a darle un sentido innovador, y no de tradición política, porque no va a importar si en Guanajuato nuevamente hace presencia el PRI; mi compromiso, mi moral, mis propuestas, mis desempeños como maestro, ingeniero, ciudadano, y militar, son los que me dieron los cimientos como político que con compromiso ganó en las urnas su diputación, y la legitimó con su trabajo; impulsaré y le daré cuerpo a una competencia política que estimule al elector guanajuatense y lo convierta en un verdadero ciudadano comprometido y libre, no sólo en el proceso electoral, sino para toda la actividad política en nuestra comunidad, y que contribuya a la toma de decisiones para el estado de Guanajuato, y con ello incida en la República.



Desarrollaré una campaña donde todos dejemos de ser objetos, para transformarnos en sujetos.

Se enriquecerá la cultura política y la identidad de nosotros los ciudadanos, nos obligaremos a pensar políticamente, nos interesaremos todos en los procesos de las actividades y decisiones públicas. Nos educaremos para que dentro del marco legal, como ciudadanos sepamos insertar nuestras demandas en las de la comunidad.

El desarrollo político lo entiendo como la estructura de la democracia, que implica una mayor y más intensa integración de las instituciones políticas acompañadas de un mejor desempeño de las mismas; significa un aumento en la capacidad del sistema político para satisfacer las demandas siempre crecientes de los ciudadanos.

Propongo que nos reconstruyamos desde el ser masas hasta el ciudadano, con una política orientada a ese fin, para impulsar el desarrollo político que recomponga a las instituciones desde la legitimidad que brinda la legalidad.

Olviden que represento al PRI, antes que eso soy y quiero ser un ciudadano que se construye, y fomenta la construcción de otros ciudadanos.



 
POR UN GUANAJUATO DE HONOR ORDEN Y RESPETO
 
Gral. de Bgda. (Ret.) Ing. Constructor
 
JORGE GARCÍA HENAINE
 
 
 
 
 
 
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